Manejo del secado
Actualmente, las vacas lecheras son difíciles de secar abruptamente, ya que producen más leche y son más propensas al goteo ó fuga de leche (milkleakage, ML) con un mayor riesgo de NIIM. Por lo tanto, el National Mastitis Council (NMC), recomienda suspender la alimentación de concentrado dos semanas antes del secado previsto, para reducir la producción diaria de leche a menos de 15 kg por día antes del secado.
El procedimiento de restricción de la alimentación en la lactancia tardía y durante el secado representa un desafío metabólico para el ganado, dando como resultado el aumento de los ácidos grasos no esterificados en sangre (NEFA´s) y de los niveles de cortisol.
Las vacas que sufren goteo de leche después del secado son cuatro veces más propensas a desarrollar mastitis clínica y tienen 6,1 veces más riesgo de desarrollar una IIM, con un patógeno mayor durante el período seco, que las vacas que no tienen goteos.
Bienestar al secado
El método de secado brusco resulta en la acumulación de la leche en la ubre. Esto conduce a la congestión de la ubre (con aumento del volumen y la presión de la ubre) y fugas de leche. Esta congestión causa molestias y dolor, ocasionando una reducción del tiempo total de reposo.
El período de seca es una etapa de descanso muy importante para la vaca lechera. Comienza con la elección del método de secado, que tendrá consecuencias en el manejo, en la salud de la ubre y en el bienestar. Es necesario entonces, un método más sencillo para reducir abruptamente la producción de leche, sin exigir restricciones alimentarias, ni reducción en la frecuencia de ordeñes, de manera de poder simplificar el manejo y no afectar la salud de la ubre ò el bienestar de la vaca.