La situación actual de la Tuberculosis en la Argentina, como en países vecinos, obliga a desarrollar programas de control y erradicación a los organismos oficiales, con el fin de mejorar la comercialización de los alimentos y evitar el riesgo de la infección de tuberculosis de origen bovino en la población humana.*
Los animales jóvenes y las hembras, son propensos a contagiarse.
Actualmente, el total de establecimientos libres de Tuberculosis bovina a diciembre de 2009, corresponde a 7.507, de los cuales 6.561 son rodeos de leche, 817 de carne y 129 de carne y leche. El número de bovinos certificados en los establecimientos libres es de 1.891.893, siendo 1.660.761 de leche, 193.573 de carne y 37.479 mixtos: de carne y de leche.
De acuerdo con la información oficial sobre un promedio de faena anual que oscila entre siete millones y trece millones de bovinos, las tasas de prevalencia detectadas en el período 1969-2010, fluctuó entre 6.7% y 0.9%.
La tuberculosis bovina es una enfermedad infectocontagiosa producida por el bacilo Mycobacterium bovis en esa especie y se transmite a otros mamíferos: porcinos, caprinos, ciervos, perros, gatos, fauna silvestre y al hombre. La tuberculosis bovina es una zoonosis de riesgos profesionales para trabajadores rurales, de la industria frigorífica, tamberos y veterinarios.
La enfermedad se caracteriza por el desarrollo progresivo de lesiones en distintos órganos del animal y del hombre, que reciben el nombre de tubérculos. El bovino se puede contagiar además por Mycobacterium tuberculosis proveniente del humano y por el complejo Mycobacterium avium.
El bacilo se disemina dentro del animal ú hombre en dos etapas: Tuberculosis primaria y Tuberculosis Secundaria. El animal que haya estado en contacto con ganado tuberculoso cualquiera sea su edad, puede infectarse y/o enfermarse en el transcurso de su vida. Son más propensos los animales jóvenes y las hembras por el estrés debido a la preñez avanzada, pariciones y a la alta producción de leche.
En el diagnóstico de la enfermedad no es importante la observación clínica, sí lo es el en el diagnóstico inmunológico en el que se utiliza la prueba intradérmica: Método oficial en Argentina e internacionalmente aprobada para el diagnóstico en la comercialización de bovinos por el uso de las tuberculinas PPD (Derivado Proteico Purificado) Bovina y Aviar. La técnica se puede aplicar luego de 3 a 8 semanas de producida la infección tuberculosa.
Además de la prueba intradérmica simple con PPD Bovino, existe la prueba comparativa, con las tuberculinas PPD Bovina y PPD Aviar, la cual se utiliza para diferenciar entre los animales infectados con Mycobacterium bovis y los sensibilizados a la tuberculina por exposición con otras micobacterias ó géneros relacionados con ellas. La elección de cuáles de las dos pruebas deben utilizarse: Simple ó Comparativa depende de la prevalencia de la infección tuberculosa y del nivel de exposición ambiental a otros organismos sensibilizadores.
Existiendo los métodos de diagnósticos, las tuberculinas PPD y los programas de control y erradicación de los rodeos en el mundo, no es posible justificar que no se apliquen adecuadamente, con el fin de evitar las pérdidas económicas indirectas producidas por la tuberculosis bovina: en las vacas en ordeñe se produce disminución de la producción láctea en un 10%; disminuye la fertilidad hasta un 6%; lento aumento del peso en el animal ó disminución. Se pierde un 15% en promedio del peso normal; la duración de la lactancia disminuye a la mitad en la séptima lactancia; la esterilidad en vacas tuberculosas aumenta entre 5%-10%; por reducción de la inmunidad se produce el aumento de la susceptibilidad a otras enfermedades; disminución de la producción cárnea; pérdidas en la producción de terneros en vacas tuberculosas.
*Fragmento de un trabajo publicado por la Dra. Amelia Bernardelli, Bioquímica, especializada en Microbiología y Especialista en Micobacterias.