La interrupción de la lactancia (transitoria o definitiva), es lo que en producción ganadera, se conoce como Destete. Las características de cada sistema productivo, determina el tipo de destete a practicar. Hay distintas variantes, que dependen de la edad y/o peso del ternero. Las más comunes son: destete precoz, a partir de los 60 días de edad y destete tradicional, a los (+-) 6 meses de edad.
En cualquiera de sus formas, esta práctica determina una etapa crítica para el ternero. La sola separación de la madre supone un trastorno importante. Se suma además, generalmente en forma simultánea, la realización de otras prácticas (castración, marcación, descorne, movimientos de manga para vacunaciones, traslados, etc.), que determinan un estado de compromiso orgánico más o menos severo (stress), que se manifiesta con caída de las defensas del sistema inmunitario, generalmente inmaduro aún y una pérdida de peso que, según los casos, no baja de un 15%.
El destete realizado en forma eficaz y oportuna, permitirá apartar en buen estado a los terneros/as con destino a invernada; a las que queden para reposición; y también a las madres que, con una buena pastura forrajera de otoño mediante, podrán afrontar con buen estado corporal el siguiente ciclo gestación/parición. Permitirá asimismo ajustar los ciclos reproductivos y consecuentemente, a futuro, el acortamiento del tiempo entre cabeza y cola de parición.
En la maniobra del destete, apuntando a los mejores resultados, es imperativo considerar el antes, el durante y el después. Es aconsejable que algunas prácticas, como ser tratamientos antiparasitarios, vacunaciones y otras, se realicen no menos de 15 días antes del destete, cuando el ternero aún está al pie de la madre.
Luego, también es importante contar con potreros de reserva, con buena sombra, forraje y agua, destinados a encerrar a los terneros durante 3 o 4 días después de la separación de las madres, para, al cabo de ese tiempo, con calma y buen trato, darles el destino conveniente (recría/invernada, reposición, etc.), todo esto redundará en importantes beneficios tanto para el criador, como para el comprador/invernador de los animales salientes.
Entrando al aspecto sanitario del destete, se deberá considerar de qué forma se llegó a esta etapa y qué porcentaje de terneros han llegado a esta categoría. En la etapa de gestación, al momento del tacto y luego, en el último tercio de la preñez, debió haberse realizado vacunaciones y revacunaciones contra las enfermedades reproductivas, clostridiales y respiratorias.
A partir de los tres meses de edad y con el sistema inmune maduro, los terneros serán vacunados contra las enfermedades Clostridiales, Respiratorias y Queratoconjuntivitis revacunándolos antes del destete como se indicó anteriormente. También a partir de esa edad deberán ser vacunados contra Carbunclo. Contamos contra éste, con nuestra vacuna Carbodos.
Entre los tres y ocho meses de edad, solo las hembras, deberán ser vacunadas, obligatoriamente, contra Brucelosis (Resolución SENASA 150/2002). También para esta enfermedad contamos con nuestra vacuna Brucelosis (Cepa 19 liofilizada). Ceva Salud Animal, ofrece para la etapa de destete en cualquiera de sus variantes, inmunógenos probadamente eficaces para la prevención de las Enfermedades Clostridiales, Respiratorias y Queratoconjuntivitis, como así también para la prevención de la Fiebre de Embarque.
Las enfermedades clostridiales producen un alto impacto económico y sanitario en la ganadería, por su alta mortalidad. En su ocurrencia suelen intervenir dos o más tipos de clostridios. Esto hace que se utilice la denominación de Complejo Clostridial. Para su prevención, se recomienda la aplicación, según los casos, de nuestras vacunas T5 Plus o Ganadera Clostridial.
La etapa de destete y las prácticas que la acompañan, determinan una serie de causas predisponentes para la presentación de un conjunto de enfermedades infectocontagiosas causadas por virus y bacterias. Generalmente se presentan en forma conjunta, aunque al inicio actúan los virus como agentes primarios, cuya actividad patógena siempre favorecen el accionar de las bacterias como agentes secundarios. Entre los primeros encontramos a IBR, DVB, PI 3 y VRSB, los que en forma individual o combinada producen algún cuadro diarreico o respiratorio, favoreciendo el posterior ataque de bacterias como Pasteurellas y Haemophilus somnus. A este conjunto de enfermedades se lo denomina Complejo Respiratorio Bovino (CRB). Si bien no forma parte de éste, suele asociarse la bacteria Moraxella bovis, agente de la Queratoconjuntivitis Infecciosa Bovina (QIB). Para la prevención del CRB y QIB contamos en nuestra línea con la vacuna Trivirus Neumovac Q, conteniendo en su formulación antigénica a los agentes virales y bacterianos mencionados en el presente párrafo.
En el análisis del costo/beneficio de un plan sanitario, el beneficio siempre estará por sobre el costo, si se tiene en cuenta las pérdidas por mortalidad, tratamientos y mermas productivas, consecuencia de las enfermedades infecciosas comunes en los rodeos.