Newsletter // Número 22 // Agosto 2013  
     
 
 
Una grave enfermedad de la ganadería

Por Dr. Hugo Ugartemendía, Servicio Técnico Rumiantes, Ceva Salud Animal

 

El Carbunclo Bacteridiano o Antrax es una enfermedad causada por la bacteria Bacillus anthracis.

Enfermedad infecciosa,  presente en todos los continentes, excepto en la Antártida, siendo susceptibles  a ella todos los mamíferos, particularmente los rumiantes y también el hombre. Esta condición hace que se la cuente entre las llamadas zoonosis -enfermedades de los animales trasmisibles al hombre-.

Los primeros indicios históricos de esta enfermedad los encontramos en referencias bíblicas, como Éxodo, capítulos 7 a 9, donde Moisés anuncia la quinta y sexta plaga de Egipto, que exterminaron al ganado. También en la antigüedad, se la menciona en India, Grecia y el Imperio Romano.

En forma casi contemporánea, Koch y Pasteur, ya en la segunda mitad del siglo XIX, determinan la naturaleza bacteriana de la infección y el ciclo completo de la enfermedad. Finalmente, Pasteur en 1881, demuestra la eficacia de la vacunación.

La primera referencia descriptiva de la enfermedad en nuestro país la hace Francisco Javier Muñiz en 1847. Luego,  en 1882, José Hernández en “Instrucción del Estanciero, hace mención de ella.

En condiciones ambientales no favorables, fuera de un organismo vivo, el Bacillus anthracis adquiere una forma de resistencia denominada esporo, que puede permanecer durante décadas en la tierra u otros lugares infectados, hasta el momento en que, encontrando nuevamente condiciones favorables e ingresando a un animal huésped, germina y recupera su capacidad infectiva.

La bacteria puede ingresar al organismo por ingestión, inhalación o por heridas cutáneas. En el caso de los rumiantes, la más común es la digestiva, en la que los esporos son vehiculizados por pastos o forrajes.

El Carbunclo Bacteridiano, siempre mortal en los rumiantes, suele presentarse clínicamente en forma sobreaguda o aguda. En la primera, la muerte sobreviene en forma súbita, generalmente sin signos clínicos aparentes. En la segunda, la muerte se da entre las 48/72 hrs., con signos previos de decaimiento, fiebre y frecuentemente con arrojamiento sanguinolento por los orificios naturales. El tratamiento curativo con antibióticos en los rumiantes es de casi nula eficacia, debido al curso rápido de la enfermedad.

 Los animales muertos por Carbunclo Bacteridiano se edematizan y se descomponen rápidamente. Aún sin diagnóstico asertivo, es fácil sospechar la causa de su muerte al observarlos. En estos casos, es absolutamente desaconsejable, abrir al animal o cuerearlo sin las debidas precauciones. Toda maniobra en estos animales, deberá efectuarlo un profesional veterinario. En todo caso, lo aconsejable es, incinerar el cadáver  en forma total o el enterramiento sin traslado alguno, a profundidad y cubierto de cal viva.

En el hombre, la bacteria puede ingresar al organismo por las tres vías mencionadas. Clínicamente puede presentarse en forma cutánea, intestinal o respiratoria. La primera es la más común (grano malo), particularmente en personal de establecimientos de campo. La segunda es menos frecuente. La tercera se daba antiguamente en los cardadores de lana, por inhalación de esporos. Existe una forma meníngea, menos frecuente y siempre secundaria a alguna de las anteriores.

Últimamente, el Bacillus anthracis estuvo vinculado al bioterrorismo, con motivo de los atentados terroristas en Estados Unidos.

 No obstante contar con una herramienta muy efectiva para la prevención del Carbunclo Bacteridiano,   como es la vacunación en Argentina, inexplicablemente, esta enfermedad conserva aún su carácter endémico, provocando grandes pérdidas en la ganadería. Los casos se dan, siempre, en rodeos no vacunados. Debido a que el Bacillus anthracis adopta mediante  la forma de esporos, resistencia por décadas en el medio ambiente, los campos quedan siempre con la infección latente, por lo que la prevención mediante la vacunación se hace imprescindible.

Ceva Salud Animal ofrece dentro de su línea, CARBODOS, vacuna para la prevención del Carbunclo Bacteridiano, formulada con la Cepa Sterne, única autorizada por SENASA y cuya aplicación debe hacerse siempre bajo supervisión del médico veterinario.

CARBODOS está indicada para bovinos, ovinos y porcinos, aconsejando su aplicación a todos los animales a partir de los tres meses de edad, con revacunación anual. En zonas de alta infecciosidad se recomienda revacunar cada seis meses.  


 
Ceva realizó en Mercedes una nueva jornada sobre Tuberculosis Bovina

 

Continuando con la campaña contra la Tuberculosis Bovina que la compañía llevó a cabo en las ciudades de Villa María, Rafaela y Tandil, el 27 de agosto de realizó también en la ciudad de Mercedes.

A raíz de la resolución 128/2012 del Senasa, que aprueba el nuevo Plan Nacional de Control y Erradicación de la Tuberculosis Bovina en la República Argentina, Ceva implementó la realización de una jornada de capacitación en distintos puntos del interior del país, con el fin de informar el rol de las tuberculinas en el control y erradicación de la enfermedad y profundizar sobre esta resolución, que alcanza a la totalidad de los establecimientos productores de leche de bovinos, caprinos y ovinos, y a los productores de carne de bovinos y caprinos.

La jornada en Mercedes tuvo como expositores a José Dupraz, Gerente Comercial de Ceva Salud Animal; la Dra. Amelia Bernardelli, Jefa del área de Micobacterias, y Hugo Ugartemendia, del Servicio Técnico de Rumiantes.

 “La prevalencia de la enfermedad se estima en base a las pruebas tuberculínicas realizadas en el campo y a la observación de animales con lesiones compatibles con tuberculosis, provenientes de frigoríficos con inspección federal y de los mataderos provinciales y municipales. En relación al ganado lechero, actualmente existen alrededor de tres millones y medio de bovinos con esa condición, de los cuales, dos millones de vacas están en lactancia en los 11.800 tambos, que ocupan tres millones de hectáreas”, mencionó la Dra. Bernardelli, quien además es ex referente Internacional de la OIE, Organización Mundial de Sanidad Animal, en Tuberculosis Bovina.

Y agregó que “de acuerdo con la información del Senasa, al mes de diciembre de 2012, existían oficialmente libres 8.677 unidades productivas (UP), correspondiendo 4.684 UP a rodeos de leche, 2.031 a rodeos de carne y  1.962 a rodeos de leche y carne. La cantidad de bovinos certificados en las UP oficialmente libres forman un total de 2.879.759, siendo 1.441.403 de ganado de leche, 585.063 de ganado de carne y 853.293 de carne y leche”.

Por último, concretó la información con los valores de prevalencia en las cuencas lecheras. “La provincia de Buenos Aires cuenta con un 26%; la provincia de Córdoba, 36%; la provincia de Entre Ríos, un 5%; la provincia de La Pampa, un 2%; y la provincia de Santa Fe, cuenta con un 30%”.

“Estos valores nos indican que tenemos que seguir trabajando responsablemente para que Argentina logre tener rodeos sanos y mejores. Contamos con las herramientas para hacerlo, sólo debemos tomar conciencia”, concluyó.