Por Méd. Vet. Lucas Sara, Servicio Técnico Ceva Salud Animal
En la primera parte de esta revisión se describieron los aspectos generales de la transferencia de inmunidad pasiva de las gallinas a la progenie para proveer protección frente a desafíos infecciosos precoces. En esta segunda parte nos centraremos en la acción de los Anticuerpos Maternos (AcM) frente a diversos agentes infecciosos que afectan a la producción avícola.
Los pollitos recién nacidos son incapaces de montar una respuesta inmune frente a la invasión por agentes infecciosos patógenos una vez que eclosiona el huevo, y en cuanto el pollito nace se encuentra expuesto al ambiente, que frecuentemente está muy contaminado. La transferencia de la inmunidad de la gallina a la progenie es fundamental para su supervivencia, ya que sin esta inmunidad el pollito recién nacido no cuenta con ningún medio para poder enfrentarse a los desafíos hasta el desarrollo de una respuesta inmune activa.
Anticuerpos Maternos y Agentes infecciosos
La eficacia de los AcM en la protección de los pollitos es variable y depende de varios factores como el nivel de anticuerpos circulantes al día de vida y el agente infeccioso involucrado.
A continuación describiremos algunas características de la inmunidad pasiva en relación a los agentes infecciosos que comúnmente afectan el tracto respiratorio de las aves como son el virus de la Enfermedad de Newcastle (NDV), el virus de la enfermedad de la Bronquitis Infecciosa (IBV) y el virus de Laringotraqueítis Infecciosa (ILTV).
En relación a la protección frente a enfermedades respiratorias, es importante resaltar que hoy en día se acepta ampliamente la vacunación al día de vida mediante spray con vacunas para la prevención de la enfermedad de Newcastle y la Bronquitis Infecciosa independientemente del nivel de AcM de los pollitos al nacimiento. La justificación de esta práctica es que este tipo de aplicación estimula la generación de una respuesta inmune local sin interferencia por parte de los AcM.
Bronquitis infecciosa (IB)
El nivel de AcM anti-IBV transferido a la progenie difiere entre lotes, y esto es causado principalmente por factores como cepas vacunales utilizadas, planes de vacunación, calidad de la aplicación de vacunas, sistemas de producción y líneas genéticas. El porcentaje de IgY anti-IBV transferido a la progenie varía entre 31 y 41% de la concentración sérica de las gallinas (Hamal et al, 2006).
Si bien se ha demostrado que los AcM anti-IBV son protectivos, como observaron Mondal y Naqui (2001) donde pollitos de un día de vida con alto nivel de AcM tenían más de 95% de protección contra desafíos de IBV, estos anticuerpos declinan rápidamente y en el mismo trabajo, esos autores observaron que la protección a los siete días era menor al 30%. Estos datos coinciden con lo informado por Hamal y colaboradores (2006), quienes observaron que el nivel de AcM disminuye sustancialmente a los siete días de vida, y no son detectables en el día 14. Podría concluirse que la protección observada se debe al alto nivel de inmunidad local, razón por la cual la vacunación de pollitos de un día de vida frente a IBV se lleva a cabo de forma rutinaria, independientemente del nivel de AcM y de la ausencia de una respuesta inmune humoral sistémica.
Talebi y colaboradores (2005) observaron que los AcM anti-IBV de los pollos no vacunados disminuyen más rápidamente (vida media de cinco días) que los AcM de pollitos vacunados al día de vida con una vacuna viva de IBV Mass H120 (vida media de seis días).
Por otro lado, en países en los que están presentes cepas variantes de IBV, los reproductores deben ser vacunados con estas cepas con el fin de producir Ac específicos para transferir a la progenie.